TEXTO DE APOYO
Unidad 3 – Los enfoques posclasistas y sus
pretensiones de obsolescencia del análisis de clase: antagonismo sin clases
Cuestionamientos al concepto de clase en las ciencias sociales
contemporáneas. Las sociedades del capitalismo global del conocimiento y los
servicios ¿siguen siendo clasistas? ¿Las relaciones sociales y el antagonismo
se ordenan por otros patrones no clasistas? El pos class analysis y las
tendencias posestructuralistas. Las fuentes alternativas de diferenciación
social: etnicidad, género y estilos de vida. Los planteos posmarxistas sobre
las clases: Laclau. La cuestión crucial del antagonismo social. Antagonismo y
subalternidad. La clase como identidad contingente. El populismo y la lucha de
clases.
Textos a
leer e intervenir:
La impugnación posclasista o las
muertes de la clase
En esta Unidad vamos a repasar los
principales argumentos en contra de la vigencia o validez de la categoría clase
social.
En el texto mío se hace un repaso abreviado de 3 causas de muerte:
a) Epistemológica, en tanto que los conceptos colectivos son maneras de hablar que no aluden a entidades reales, lo que reduce el lenguaje de clase a agregados estadísticos útiles pero que excluye la posibilidad de asignarle acciones o identidades.
b) Ideológica, en la crítica de raíz
anarquista la clase aparece como la prisión conceptual del proceso de
transformación social en solidaridad con los conceptos de Partido y Estado.
Sería un concepto de pretensión totalitaria y mesiánica.
c) Sociohistórica: un cúmulo grande de procesos
históricos desde fines del siglo XIX que van desmintiendo los pronósticos y las
explicaciones en términos de clases: aparición de las clases medias,
despolarización de la estructura social, proliferación del sector gerencial y
técnico-profesional, alteración de la propiedad privada al convertirse en
flujos accionarios por los cuales hasta los mismos trabajadores tienen acceso a
la propiedad de los medios de producción.
La literatura habla de 4 grandes
tendencias al desclasamiento en el capitalismo avanzado contemporáneo:
- el desclasamiento del voto y de las preferencias
políticas e ideológicas ciudadanas;
- el cambio en la estructura económica a favor de
los servicios y la información en vez de la industria y el trabajo manual
(posindustrialismo);
- el cambio en la organización del trabajo con
mayor implicación de los trabajadores y reducción de la carga manual y aumento
de la mental (posfordismo); y
- el progresivo incremento del valor cultural e
identitario del consumo y la educación como fuentes de identidad individual y
colectiva lo que deja a la clase como débil estructurador de la conciencia
(posmodernismo).
Crompton señala las dificultades de la
sociología académica para alcanzar conceptos precisos y diferenciar clase de
estructura ocupacional. El empleo se flexibiliza, las personas rotan
permanentemente y tienen pluriempleo, las ocupaciones se redefinen por la
aceleración tecnológica, avanzan los servicios a expensas del trabajo manual,
etc. Además la estructura ocupacional lábil no explica por sí porqué la
ocupación de lugares sigue patrones de género, raza, nacionalidad, edad, etc.
Aparecen fenómenos como el trabajo no
manual degradado y rutinario descualificado y la “movilidad aparente o espuria”
(mejor ocupación, pero iguales o peores condiciones de paga, protecciones y
carga laboral).
El papel de la mujer es también un
problema teórico y metodológico: su incremento espectacular en la composición
de la fuerza de trabajo obliga a redefinir al hogar como unidad de análisis de
clase, la pertenencia de clase no está tan nítidamente en la cabeza de familia,
sino que es una construcción más compleja. Aparecen nociones borrosas como
“clase conyugal” y problemas para asignar clases en hogares con doble inserción
ocupacional contradictoria.
Por otra parte dentro mismo del
marxismo aparecen corrientes posmarxistas/posestructuralistas que renuncian a
la “objetividad” de los intereses y pasan a considerar que las identidades e
intereses se constituyen en el “discurso”. El concepto de clase queda carente
de fundamento “estructural” y avanzan nociones como pueblo y movimientos
sociales que enarbolan nuevas formaciones discursivas en torno a demandas “no
clasistas” ambientales, identitarias, de género, estilos de vida, etc. Lo mismo
hacen los movimientos conservadores de nueva derecha: familia, valores
religiosos, tradiciones nacionales, etc.
La estructura social se llena de
posiciones ejercidas por empleados asalariados que cumplen funciones de control
y dirección del resto de la fuerza de trabajo, son explotados al tiempo que
auxilian a la explotación. La llamada “clase de servicios” es leída como
conservadora por algunos y como impulsora del capitalismo “desorganizado” por
otros.
Se hace patente un déficit en la teoría
de la acción de clase: la secuencia ESTRUCTURA-FORMACION SOCIODEMOGRAFICA –
CONCIENCIA – ACCION O LUCHA, está viciada por la evidente influencia de
factores como el consumo, los estilos de vida, el estatus, los procesos de
segregación urbana de bases étnicas, las creencias culturales y religiosas, las
distintas tradiciones o experiencias organizativas y de lucha colectiva, etc.
Se perfila una estructura de clases
mucho más compleja que la dicotómica o la gradacional simple: una elite de
poder concentrado que acapara los bienes estratégicos, una clase media
profesional experta que gestiona y administra, una clase media rutinaria y
descualificada crecientemente feminizada, una clase obrera
heterogeneizada que mezcla trabajo manual y no manual, precarizada y
geográficamente dispersa, y una “infraclase” dependiente de asistencia pública
y privada de derechos y bienestar mínimos.
Los textos de Furbank y de Pakulski son
importantes porque exponen posiciones radicales de rechazo a la utilidad de la
categoría clase como instrumento de análisis científico riguroso. Furbank opta
por un enfoque cultural de los usos sociales del nombre "clases" como
medio de diferenciación social en la cotidianidad de la vida histórica y le
resta toda posibilidad a su conversión en categoría sociológica que pueda
develar la “objetividad” de las relaciones sociales. La clase es una manera de
hablar intencionada que produce el placer de la diferenciación de los otros.
Pakulski parte del análisis de la
complejidad multifactorial de los procesos de diferenciación social del
capitalismo contemporáneo y de la extrema inestabilidad dinámica de los mismos
para concluir que una categoría estática como clase no puede ayudarnos.
En mi libro y en la ponencia sobre las
miserias del marxismo y el weberismo van a encontrar un argumento de
inconsistencia lógica interna del concepto de clase tal como aparece en el
paradigma fundacional. Por un lado, la ambiguedad de origen que no logra romper
claramente con el concepto de estamento. Marx todavía es tributario de atribuirle
a la clase un caracter cerrado de estamento.
Por otro lado, la sociología académica
toma 3 axiomas del concepto de clase que se contradicen entre sí: el caracter
formalmente abierto de las clases, los mecanismos de coerción impersonal que
asignan posiciones a los agentes, y el papel explicativo central del cambio
social e histórico.
1) Golpea los ojos la evidente
incongruencia de "grupo formalmente abierto pero fácticamente
cerrado".
2) Si las clases son colectivos
producidos por efectos distributivos "forzados objetivamente", no
podrían constituir colectivos efectivamente abiertos y si se mantiene que son
colectivos abiertos, no tendría sentido explicarlos por distribuciones forzadas
por criterios objetivos.
3) Si las clases son colectivos
potencialmente privilegiados para explicar el cambio, entonces en algún punto
inciden sobre las fuerzas objetivas como determinantes y así estas fuerzas
dejan de ser "objetivamente” determinantes, ya que estarían expuestas a lo
determinado. Si las clases son elementos históricos activos, no pueden ser
objeto de explicaciones basadas en objetividades
y si son explicadas por fuerzas
objetivas no pueden ser elementos históricos activos.
4) La gran aporía del concepto
"autofundamentado". Las diferencias "clasistas" son
fundamentales para la explicación del cambio y el orden social. Si la vida
social depende de ellas estamos ante un brutal pleonasmo, ya que lo que explica
está incluido en lo explicado. La denotación de cambio u orden social en
sentido estricto tiene por parte principal justamente la estructura de clases:
¿qué otra cosa distinta o más importante designa orden social que las
diferencias que atraviesan la vida colectiva?
Un mero examen de consistencia lógica
entre los axiomas de las sugestivas y contradictorias herencias
weberiano-marxianas, arroja que son nítidamente redundantes, paralógicas,
autoexplicativas.
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